En nuestro álbum Muros montevideanos I presentamos fotografías tomadas de paredes y muros de la ciudad de Montevideo, Uruguay .
He pensado este espacio, como refugio de tanto camino andado, pretenciosos algunos de transformase en avenidas, que han estado por ahí convertidos en memoria, latiendo en los estantes del viejo bazar de la vida personal. Otros asuntos que me han llevado a hurgar profundo en mis emociones, aún no perteneciéndome, también los compartiré con ustedes.
martes, 17 de noviembre de 2015
domingo, 1 de noviembre de 2015
Cementerio Central de Uruguay
El Cementerio Central de Montevideo es uno de los más importantes del Uruguay. En él se encuentra el Panteón Nacional, donde están sepultados los restos de importantes personalidades uruguayas.
Se ubica en el Barrio Palermo de Montevideo y fue fundado en 1835 Fue diagramado por el arquitecto Carlos Zuchi .La rotonda del acceso fue diseñada por el arquitecto y escultor ticinés Bernardo Poncini.
Originalmente, este cementerio estaba por fuera de la planta urbana de Montevideo, para evitar riesgos de epidemia. No obstante, con el crecimiento de la ciudad, terminó por quedar completamente rodeado por la metrópoli, proceso que culminó con la construcción de la Rambla Sur.
Fue una de las primeras necrópolis del país, en una época en que los sepelios eran todavía practicados por la Iglesia Católica. En sus instalaciones se pueden apreciar esculturas y panteones de renombrados artistas, como José Belloni y Juan Zorrilla de San Martín. Fuente Wikipedia.
En el Cementerio Central, ubicado casi en el centro de la ciudad,
se encuentra entre otras, la tumba de uno de los dos uruguayos que murió en el
“Titanic”, en abril de 1912, y la del compositor, pianista y periodista
Gerardo Matos Rodríguez (1897- 1948), creador de “La Cumparsita”,
considerado el himno de los tangos.
También alberga leyendas como la del “Tesoro de las Masiloti”
que hace referencia al reclamo de dos hermanas, Clara y Laura
Masilotti, nacidas en Estados Unidos, pero de ascendencia italiana,
quienes llegaron a Montevideo en la década de 1950.
Las dos mujeres, de unos cincuenta años, alegaban poseer derechos
sobre una fabulosa colección de piezas invaluables que estaba oculta,
hace más de un siglo, en el predio ocupado por el Cementerio Central.
Aquella leyenda alteró el clima de la ciudad y generó un espacio mediático de trascendencia nacional durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX hasta que se desvaneció, sin resultados.
En el Panteón Nacional, ubicado en el centro del
predio, están los restos de figuras como el escultor Juan Zorrilla de
San Martín (1855- 1931), de la poetisa Delmira Agustini (1886-1914), el
dramaturgo y periodista Florencio Sánchez (1875-1909), el intelectual
José Pedro Varela (1845-1874), primer reformador de la enseñanza, a
fines del siglo XIX, y de Carlos Quijano (1900-1984), periodista y
fundador del gobernante Frente Amplio (FA).
También están los restos de los pintores Pedro
Figari (1861-1938) y Juan Manuel Blanes (1830-1901), del escritor José
Enrique Rodó (1871-1917) y hasta de Vaimaca Perú, el último
representante de la tribu de los charrúas, repatriados en el 2002 de
Francia, donde murió el 13 de septiembre de 1833, con 53 años.
El Cementerio Central de Montevideo, declarado “Patrimonio Histórico Nacional”, está en camino de convertirse en un nuevo referente para investigadores, seguidores del llamado “arte funerario” y curiosos.
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